La calibración de una impresora 3D es MUY IMPORTANTE. Ya que si no se realiza correctamente puede resultar en errores en la impresión de las piezas.
Lo habitual es la calibración manual, que consiste en comprobar que el espacio que separa la boquilla y la cama es del grosor de un folio (0,1 mm).Si es menor puede atascarse la impresora. Sin embargo, este método es muy tedioso y requiere de mucha paciencia ya que consume mucho tiempo y se debe realizar regularmente.
Una solución es el uso de sensores de autonivelación que ahorran mucho tiempo, aunque añaden peso al extrusor y el montaje puede ser complejo. Hay varios tipos de sensores:
- Inducción: No permiten el uso de cristal sobre la cama (permite que la primera capa tenga un acabado liso, uniforme y de calidad) porque solo detecta metal.
- Ópticos: detectan cualquier superficie, mientras no sea transparente
- Etc.